Es un templo basílica de culto
cristiano, situado en el cañón del río Guátara, en el Departamento de Nariño,
Municipio de Ipiales. Es toda una maravilla arquitectónica neo gótica de piedra
gris y blanca que impacta, no solo por su belleza sino por su ubicación
topográfica muy particular. Hundida en el mismo cañón de tal modo que visto
desde lejos parece estar suspendida en el aire. Es destino de peregrinación y
turismo desde el siglo XVIII.
Está compuesta de tres naves
construidas sobre un puente de dos arcos que cruza sobre el río y que hace de
ario o plaza de la basílica, uniéndola con el otro lado del cañón.
Su altura desde su base hasta la
torre es de 100 metros, y el puente mide 50 metros de alto por 17 metros de
ancho y 20 metros de largo. El edificio principal mide 27.50 metros de fondo
por 15 metros de ancho.
En el interior, las tres naves
están cubiertas con bóvedas de crucería. Tiene mosaicos en fibra de vidrio y en
el día, su iluminación la da la luz que se filtra por los vitrales hechos por
el alemán Walter Wolf. El ábside de las tres naves es el muro de piedra natural
del cañón y en la nave central se destaca la imagen de la Virgen del Rosario,
pintada por un autor desconocido en una piedra laja.
El basamento del templo
propiamente dicho, además de los dos arcos de medio punto del puente, es una
cripta de estilo románico, de tres naves cubiertas con bóvedas de cañón, de
estructura en piedra sillar y que está dedicada al Sagrado Corazón de Jesús.
En el exterior se destacan tres
torres que terminan en agujas decoradas con grumos y frondas, ventanales,
rosetones, arbotantes, contrafuertes y pináculos. Los muros que rodean los
accesos al santuario escalonados por la topografía del terreno, están llenos de
placas de devotos, agradecidos por los favores recibidos, así como con aparatos
ortopédicos para dar testimonio de curaciones atribuidas al favor de la
venerada.
Etapas del santuario:
La primera etapa abarca la
construcción de una choza de madera y paja, con una duración de 40 años.
La segunda, la construcción de
una capilla con materiales de ladrillo y cal, con terminación en cúpula. El
primero de enero de 1795 se comenzó a trabajar la piedra para la capilla de
Nuestra Señora de Las Lajas y en ese día se gastaron 25 pesos en socorrer los indios
canteros que vinieron de la villa Ibarra. En 1796, se dio de lleno a la
mencionada construcción y de allí en adelante, siguió el curso de la obra con
generosidad, diligencia y constancia poniendo al servicio de ella los escasos
ingresos que percibía la parroquia, el trabajo de las propias manos de los
habitantes y la amplia cooperación de
varios arquitectos ecuatorianos. Después de siete años de constantes esfuerzos,
se construyó la capilla que contaba con
7 metros de largo por 6 metros de ancho.
La tercera etapa el
ensanchamiento del edificio en dirección suroccidente, con la intervención del
arquitecto ecuatoriano Mariano Aulestia, edificación que duró más de un siglo
causando admiración por su atrevida construcción.
La cuarta es el proyecto de una
plazoleta y puente de dos arcos.
La quinta está relacionada con la
edificación del actual santuario. Su construcción fue iniciada el 1 de enero de
1916 con la bendición de la primera piedra. La obra estuvo a cargo del
ingeniero ecuatoriano J. Gualberto Pérez y del pastuso Lucindo Espinosa. Se
terminó en agosto de 1949. Se calcula que su costo fue de 1.850.000 pesos
colombianos de la época ($1.000.000 dólares aproximadamente), conseguidos
gracias a los aportes de los numerosos y fieles devotos especialmente de
Colombia y Ecuador.
En 1951 el Vaticano decretó la
coronación canónica de Nuestra Señora de Las Lajas y el santuario es basílica
menor desde 1954. En 1984 el santuario
fue declarado monumento parte del patrimonio cultural del país. En 2006 se le
declara Bien de Interés Cultural de Carácter Nacional. En 2007 el santuario es
considerado una de las siete maravillas de Colombia, al obtener la segunda votación más alta solo superada por la
Catedral de Sal de Zipaquirá.
El peregrinaje de los devotos al
santuario es permanente, pero se incrementa en tres épocas del año. En
septiembre cuando se celebran las fiestas patronales, sobre todo los días 15 y
16 de septiembre. El Jueves Santo, cuando los peregrinos especialmente desde la
ciudad de Pasto, de Túquerres, pueblos cercanos y de Ecuador, llegan a pie
después de una travesía de más de 12 horas. También hay peregrinación en
diciembre y los primeros días de enero.
Visita el santuario de Las Lajas,
para que aprecies su majestuosidad. Estar allí es un momento increíble. Te
preguntarás como pudieron hacer aquello en el mismo cuerpo de la montaña. Puede
ir a admirar tanta belleza o a pedirle un favor a la Virgen.
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