Puede ser muy
abrumador mudarse a otro país. Una mudanza debe planearse con meses de
antelación para asegurarse de poder terminar todo a tiempo.
Primero que nada,
se debe comenzar a leer e investigar el área donde se planea vivir. Investigar
el proceso de salud, banca y servicios en el destino elegido. Puedes pedir un
permiso de conducir internacional, para ayudarte a movilizarte mientras aplicas
para obtener tus privilegios de conductor en el país de destino. Investiga los
requerimientos de los permisos de trabajo, visas y la documentación que
necesitarás para la transición a tu nuevo hogar.
Planear una mudanza
al extranjero, es una oportunidad de buscar entre tus pertenencias cosas que ya
no te son útiles y aprovechar para eliminar el desorden. Revisa tus
dispositivos electrónicos para determinar los requerimientos de voltaje para
artículos como secadoras de cabello, cargadores y otros dispositivos. Puede que
tengas que reemplazar algunos de tus aparatos o comprar convertidores
eléctricos cuando te mudes al extranjero.
Reduce la cantidad
de tus pertenencias, dona a caridades, planea una venta de jardín o simplemente
desecha los objetos muy gastados. Si
tienes un vehículo, piensa con tiempo lo que vas a hacer con él por lo menos
tres meses antes de la mudanza. Puedes llevarlo al extranjero, dejarlo a un
amigo o venderlo antes de marcharte.
Comienza por
empacar las cosas que menos necesitas. Deja a mano lo que necesitarás para los
días antes de mudarte. Llega contigo el equipaje sin el cual no puedes vivir.
Recuerda que muchas veces la mudanza tarda un poco en llegar a su destino y
debes sobrevivir durante este tiempo con lo que lleves a mano.
En el país que
escogiste para mudarte, no sabes cómo irá el tema de la salud. Así que visita a
tu médico, háblale de tu mudanza, si necesitas algunas vacunas, y arregla las
medicinas de prescripción para estar preparado hasta que te instales en tu
nuevo hogar.
Durante las
primeras semanas el inmigrante se siente motivado ante los retos que se
avecinan. La nueva cultura resulta estimulante y divertida. Las nuevas
situaciones y personas generan sana curiosidad. Estas primeras sensaciones
ayudan a superar con confianza y empeño los obstáculos que se presente, pero
las expectativas de este período suelen ser demasiado altas y poco realistas.
En esta etapa es importante no olvidar nunca, la oportunidad de gran valor
personal y profesional que se está experimentando y recordar siempre las
razones que motivaron la decisión. Estos pensamientos generan entusiasmo.
Estando en el nuevo
país, se viven experiencias reconfortantes y algunas no tan agradables. Muchas
de las cosas que se anhelaban no se habrán alcanzado aún y esto puede generar
frustración y confusión, esto suele ocurrir por la imposibilidad de hacer
nuevos amigos, el esfuerzo por obtener un buen trabajo o vivienda, lo que trae
sensaciones de nostalgia, desmotivación, aislamiento e incluso cuestionarse la
decisión tomada.
Por eso es que se
recomienda, no tomar decisiones importantes en estos períodos de adaptación.
Una buena ayuda es mantener comunicación con familiares y amigos del país de
origen, y buscar el consejo y orientación de personas a quienes se les tiene
confianza. Esta etapa se supera, en cosa de tiempo.
Otro consejo es no
perder la perspectiva. Recuerda que miles de extranjeros han pasado por esa
misma situación y han logrado adaptarse exitosamente.
Eventualmente y una
vez pasada esta primera etapa de adaptación, se comienzan a sentir los
beneficios del cambio, la comodidad del hogar, las ventajas del empleo, la
seguridad, la seguridad del nuevo ambiente. Se comienza a apreciar, las
ventajas que ofrece el país de acogida en cuanto a calidad de vida. El
inmigrante ya en esta etapa, comienza a sentir confianza en la decisión tomada
y entusiasmo para seguir adelante.
Tal vez a las
personas mayores, con fuertes hábitos tradicionales les puede tomar más tiempo
este proceso de adaptación. Los jóvenes por el contrario, suelen adaptarse
rápidamente y con gran facilidad.
La mejor manera de
integrarse es involucrarse. Hay que preguntar a otros, informarse, no tener
miedo a cometer errores y aprender de las experiencias de otros. Hay mucha
gente que ha emigrado y seguro está dispuesta a ayudarte y darte algún buen
consejo.
Ser un recién
llegado implica con frecuencia, dejar atrás cosas a las que se estaba
acostumbrado, lo cual puede generar ansiedad o temor, especialmente las
primeras semanas. Estás emociones van cediendo una vez se inicia el proceso de
adaptación. Para ello, debes sacarle el máximo provecho a las nuevas
oportunidades que se presentan, tener una actitud positiva hacia el cambio y
demostrar flexibilidad para aceptar y tratar de adaptarse a las nuevas
condiciones.
Si tu deseo es
emigrar a otro país, ánimo y mucha suerte.
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