martes, 16 de junio de 2015

MUDARSE AL EXTRANJERO, algunas reflexiones previas...




Puede ser muy abrumador mudarse a otro país. Una mudanza debe planearse con meses de antelación para asegurarse de poder terminar todo a tiempo.

Primero que nada, se debe comenzar a leer e investigar el área donde se planea vivir. Investigar el proceso de salud, banca y servicios en el destino elegido. Puedes pedir un permiso de conducir internacional, para ayudarte a movilizarte mientras aplicas para obtener tus privilegios de conductor en el país de destino. Investiga los requerimientos de los permisos de trabajo, visas y la documentación que necesitarás para la transición a tu nuevo hogar.

Planear una mudanza al extranjero, es una oportunidad de buscar entre tus pertenencias cosas que ya no te son útiles y aprovechar para eliminar el desorden. Revisa tus dispositivos electrónicos para determinar los requerimientos de voltaje para artículos como secadoras de cabello, cargadores y otros dispositivos. Puede que tengas que reemplazar algunos de tus aparatos o comprar convertidores eléctricos cuando te mudes al extranjero.

Reduce la cantidad de tus pertenencias, dona a caridades, planea una venta de jardín o simplemente desecha los objetos muy gastados.  Si tienes un vehículo, piensa con tiempo lo que vas a hacer con él por lo menos tres meses antes de la mudanza. Puedes llevarlo al extranjero, dejarlo a un amigo o venderlo antes de marcharte.


Comienza por empacar las cosas que menos necesitas. Deja a mano lo que necesitarás para los días antes de mudarte. Llega contigo el equipaje sin el cual no puedes vivir. Recuerda que muchas veces la mudanza tarda un poco en llegar a su destino y debes sobrevivir durante este tiempo con lo que lleves a mano.

En el país que escogiste para mudarte, no sabes cómo irá el tema de la salud. Así que visita a tu médico, háblale de tu mudanza, si necesitas algunas vacunas, y arregla las medicinas de prescripción para estar preparado hasta que te instales en tu nuevo hogar.

Durante las primeras semanas el inmigrante se siente motivado ante los retos que se avecinan. La nueva cultura resulta estimulante y divertida. Las nuevas situaciones y personas generan sana curiosidad. Estas primeras sensaciones ayudan a superar con confianza y empeño los obstáculos que se presente, pero las expectativas de este período suelen ser demasiado altas y poco realistas. En esta etapa es importante no olvidar nunca, la oportunidad de gran valor personal y profesional que se está experimentando y recordar siempre las razones que motivaron la decisión. Estos pensamientos generan entusiasmo.
Estando en el nuevo país, se viven experiencias reconfortantes y algunas no tan agradables. Muchas de las cosas que se anhelaban no se habrán alcanzado aún y esto puede generar frustración y confusión, esto suele ocurrir por la imposibilidad de hacer nuevos amigos, el esfuerzo por obtener un buen trabajo o vivienda, lo que trae sensaciones de nostalgia, desmotivación, aislamiento e incluso cuestionarse la decisión tomada.


Por eso es que se recomienda, no tomar decisiones importantes en estos períodos de adaptación. Una buena ayuda es mantener comunicación con familiares y amigos del país de origen, y buscar el consejo y orientación de personas a quienes se les tiene confianza. Esta etapa se supera, en cosa de tiempo.

Otro consejo es no perder la perspectiva. Recuerda que miles de extranjeros han pasado por esa misma situación y han logrado adaptarse exitosamente.
Eventualmente y una vez pasada esta primera etapa de adaptación, se comienzan a sentir los beneficios del cambio, la comodidad del hogar, las ventajas del empleo, la seguridad, la seguridad del nuevo ambiente. Se comienza a apreciar, las ventajas que ofrece el país de acogida en cuanto a calidad de vida. El inmigrante ya en esta etapa, comienza a sentir confianza en la decisión tomada y entusiasmo para seguir adelante.



Tal vez a las personas mayores, con fuertes hábitos tradicionales les puede tomar más tiempo este proceso de adaptación. Los jóvenes por el contrario, suelen adaptarse rápidamente y con gran facilidad.
La mejor manera de integrarse es involucrarse. Hay que preguntar a otros, informarse, no tener miedo a cometer errores y aprender de las experiencias de otros. Hay mucha gente que ha emigrado y seguro está dispuesta a ayudarte y darte algún buen consejo.

Ser un recién llegado implica con frecuencia, dejar atrás cosas a las que se estaba acostumbrado, lo cual puede generar ansiedad o temor, especialmente las primeras semanas. Estás emociones van cediendo una vez se inicia el proceso de adaptación. Para ello, debes sacarle el máximo provecho a las nuevas oportunidades que se presentan, tener una actitud positiva hacia el cambio y demostrar flexibilidad para aceptar y tratar de adaptarse a las nuevas condiciones.


Si tu deseo es emigrar a otro país, ánimo y mucha suerte.

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