Para esa fecha en las ciudades terminales de Panamá y Colón desembarcaron norteamericanos que se trasladaban vía ferrocarril hacia las minas de oro de California. Ese día Manuel Luna, oriundo de Parita se dedicaba a vender sandías cerca de la estación del ferrocarril. Sucedió, entonces, que un norteamericano Jack Oliver, se acercó al puesto de venta de frutas, tomó un pedazo de sandía y posteriormente tiró al suelo el resto de la sandía.
Manuel Luna, le solicitó el pago de un real. El norteamericano se negó a pagarla, incluso amenazó con dispararle si continuaba con la exigencia. En respuesta, Manuel Luna le dijo que él tenía un puñal para defenderse. Pero, en ese instante, intervino un peruano Miguel Abraham, y el norteamericano acompañante de Oliver pagó el real.
Todo parecía que terminaría en esos términos. Sin embargo, cuando Abraham regresó a su puesto de venta, el norteamericano tomó la pistola y le disparó. Esto provocó un enfrentamiento de panameños y norteamericanos.
El grupo de Oliver se apertrechó en el Ocean Hotel y el Pacífic House, donde empezaron a disparar contra el grupo de ciudadanos panameños que se encontraban desarmados. La resistencia de Oliver era furiosa, tal es el caso que, al apersonarse el Gobernador del Estado, Francisco Fábrega, el cónsul norteamericano Thomas W. Ward y Pedro de Obarrio fueron recibidos a tiros por los extranjeros. El Gobernador dio órdenes de tomarse la estación del ferrocarril para sofocar el motín.
Las autoridades panameñas realizaron las investigaciones de rigor, y el juez del crimen Buenaventura Correoso al tenor de las declaraciones de testigos presenciales de los hechos determinó que los panameños no fueron responsables de los actos de violencia. A pesar de los testimonios recibidos, el Ministro norteamericano Sr. Browlig negó el alegato de testigo. Situación que, según los propios cónsules de Francia, Inglaterra y Perú, la responsabilidad del ataque recayó contra los norteamericanos. Thomas W. Waed cónsul de los Estados Unidos, insistió en realizar sus propia investigaciones, y luego se las entregó a James Browling, quien las remitió a Nueva Granada (Colombia). Esta última no aceptó las exigencias y los Estados Unidos respondieron con un pliego de exigencias, las cuales señalaban que se erigieran dos municipalidades independientes y neutrales en las ciudades de Panamá y Colón, con la extensión de diez millas y que se deberían resarcir los daños ocasionados.
Finalmente se impuso el Tratado Herrán Cass donde Nueva Granada pagaría una indemnización de B/584 con 63 centavos. Luego de cumplirse las exigencias antes citadas los daños ocasionados a los panameños quedaron en el olvido.
Este episodio, que fue expresión del estado de tensión que se vivía en el istmo en aquella época, tuvo serias repercusiones en el campo político, diplomático y económico, tanto para el Istmo de Panamá, como para la Nueva Granada. Este acontecimiento se constituyó en el origen de las intervenciones militares de Estados Unidos en Panamá. Fue, como se dice, “el hito histórico a partir del cual Estados Unidos, amparados por lo estipulado en el famoso artículo XXXV del Tratado Mallarino-Bidlack, empezaron su práctica que rápidamente convirtieron en costumbre, de interpretar, usar y abusar de sus prerrogativas contractuales, relacionadas con asuntos del Istmo de Panamá, de acuerdo con sus exigencias y conveniencias del momento y problemas que se tratase”.
Antecedentes
Panamá ciudad atrincherada y dividida: Barrio de San Felipe en donde vivían los españoles y lo extranjeros de la clase dominante. El arrabal de Santa Ana y Calidonia, donde vivían los esclavos negros, los pobres libres (mulatos y mestizos.
Tratado Mallarino-Bidlack: Estados Unidos se compromete a garantizar la soberanía del Istmo de Panamá, de modo que el tránsito de un mar a otro no sea interrumpido.
Las minas de oro en California: Generaron tráfico de norteamericanos y europeos por e Istmo de Panamá.
Construcción del ferrocarril: Su construcción trajo extranjeros, que cuando finalizaron sus trabajos permanecieron en el istmo y se apoderaron de trabajos y plazas que eran del pueblo panameño.
La revuelta del 19 de mayo de 1850: Estados Unidos amenazó a Panamá de no protegerla, por el incidente de un vendedor de periódicos, que decían había robado 500 o 600 pesos.
La Guerra de Los Boteros en 1851: Los aventureros que cruzaban el istmo rumbo a California, le quitaban empleo a los mulatos locales, trabajando como remeros en el Río Chagres.
Panamá Estado Federal: Panamá quedó dividido en 7 departamentos: Panamá, Colón, Los Santos, Chiriquí, Coclé, Herrera y Fábrega.
Había mucha tensión en el país, y por una simple tajada de sandía, los yanquis casi se tragan el istmo de Panamá con exigencias y reclamaciones absurdas, tales como: Propiedades en Panamá y Colón, la cesión de islas en la Bahía de Panamá y un sin número de indemnizaciones por parte de Nueva Granada.
Ese incidente que marcó un momento especial en la historia de Panamá y en su nacionalidad, debería ser promovida en la educación panameña, para que ese suceso sea recordado y sabido, que en esos años hubo un enfrentamiento entre panameños y estadounidenses, producto de las tensiones y cambios que se vivían en la Panamá del siglo XIX. Aunque este hecho es parte de la historia patria, documentos poco conocidos hasta ahora, han aportado nuevos elementos y detalles para la comprensi´no de un hecho que ilustra la evolución de las relaciones entre Panamá y Estados Unidos.
En aquella época, había conflictos e inestabilidad política en Panamá, y ya para el año 1850 existía, de acuerdo a la correspondencia de la época, cierta fricción y un no muy buen entendimiento entre ambos países.
Panamá a pesar de ser parte de la Gran Colombia, buscaba formarse una nacionalidad propia. Difícil tarea para los habitantes de un territorio por el que constantemente transitaban extranjeros que iban camino a California, la tierra de las minas de oro.
Y es que Panamá en la mitad del siglo pasado, era un hervidero de comerciantes que venían de otros países y que se ubicaban por todas partes, además de ser el paso obligado de todos los aventureros que se dirigían hacia el norte.
La diversidad de culturas que se encontraban en un solo punto, hacía que las relaciones entre los territoriales y los buscadores de tesoros, gente codiciosa y sin mucha educación, no fueran siempre cordiales. Muy a menudo se suscitaban encuentros violentos que terminaban con heridos de gravedad y hasta muertos de ambos bandos. Por todos es sabido que los panameños sentían rechazo por los norteamericanos, quienes no dudaban de involucrarse en riñas que ellos mismos provocaban.
Por otra parte, eran los años posteriores a la firma del tratado Mallarino-Bidlack (1846), suscrito entre Nueva Granda y Estados Unidos, cuyo artículo 35 le daba a esta última nación el privilegio de intervenir en el territorio para garantizar la neutralidad y el tránsito libre por el Istmo de Panamá.
Una combinación de todos estos elementos, estalló el 15 de abril de 1856 con el incidente de la tajada de sandía, un hecho que tuvo mucha resonancia en la historia porque inició la intervención americana en Panamá. Este hecho pasó a ser el primero en que los panameños reclamaban sus derechos frente a los norteamericanos.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario